Práctica, Terapia y Negocio
La capacidad que tiene el dinero de influir en la forma en la que proveemos y recibimos servicios de salud, está tan imbricada en nuestra forma de pensar que pasa desapercibida.
Dos ejemplos:
- Después de practicar una técnica de Fisioterapia con un grupo de alumnos de grado, estuvimos hablando sobre las posibilidades terapéuticas que ofrecía la misma para distintos perfiles de pacientes. Encontramos un grupo de pacientes, específicamente aquellos que sufren las consecuencias de la fibromialgia, en el que concluimos que se podría beneficiar de esta técnica, pensando en los efectos neurofisiológicos que la produce la misma.
Uno de los alumnos mostró su completo desacuerdo ya que, al tener que dedicarle aproximadamente 150 minutos a cada paciente, el tratamiento “no iba a ser rentable ya que nadie iba a querer pagarlo”. Muchos de los alumnos asintieron más o menos de acuerdo con este argumento. - Recientemente, durante un seminario de Terapia Manual con alumnos de máster, surgió el siguiente dilema: tras comprobar in situ los beneficios de la Movilización Con Movimiento, una alumna confesaba que se sentiría mal aplicando esa técnica a los pacientes y que probablemente no la iba a utilizar. Ante mi perplejidad le pedí que elaborara un poco más su argumento y su respuesta fue que ella no puede pedirle (50 euros) a un paciente simplemente por hacerle «eso».
Me sorprendo, pero creo que no debería sorprenderme tanto. Los modelos de práctica que ofrecemos a los nuevos fisioterapeutas, y a otros que no son tan nuevos, están ineludiblemente marcados por la necesidad de que sean rentables, y de ganar suficiente dinero; unos para hacerse ricos y otros para ir tirando.
Pedirle a alguien que haga el ejercicio de poner por delante de su modelo de práctica al paciente, los valores éticos y morales (de ambos) y el impacto que tiene su trabajo en la sociedad, parece mucho pedir.
Parece muy ingenuo. Pero quizá, hay que hacerlo. El que se atreva, que empiece a pensar un poco fuera de la caja (hucha, con perdón), y buscar otra manera de tratar. Atrevámonos a cambiar la forma de relacionarnos con el paciente y la sociedad.
Cambiemos, en definitiva, los MODELOS por las SOLUCIONES.
(Gracias a @luistorija por el intercambio de impresiones)
Querido clínico (extracto de una carta de un paciente a un clínico)

TALLER 27 junio: Aprender a utilizar estrategias de Razonamiento Clínico Colaborativo con el paciente de manera práctica

El 100% de los fisioterapeutas clínicos que participaron en un estudio transversal en el año 2013, dicen tomar en cuenta la opinión de sus pacientes a la hora de tomar decisiones sobre sus pacientes. Sin embargo, cuando se les da esa oportunidad dentro de otras, en la resolución de problemas clínicos, solo en un 10% de las ocasiones eligen opciones de tratamiento pensando en la opinión de los mismos (Garcia-Sanchez, 2013).
El Razonamiento Clínico Colaborativo (Edwards et al. 2004) entiende la relación paciente-terapeuta como una colaboración en la que ambos interaccionan por igual, para alcanzar las expectativas del paciente en la resolución de su presentación clínica. Lejos del enfoque cognitivo, por el que es más conocido el razonamiento clínico, el razonamiento colaborativo se acerca a este fenómeno desde el punto de vista de la relación entre ambos (Trede & Higgs 2003). Una relación horizontal, que huye del «paternalismo terapéutico» en el que el único que tiene la solución, y sabe lo que le conviene al paciente, es el clínico («que para eso ha estudiado la carrera y se ha chupado un montón de guardias»).
Dos movimientos dentro del ámbito de la salud solapan objetivos con esta forma empoderar al paciente:
- La Toma de Decisiones Compartida con el paciente en el ámbito clínico es una estrategia que lleva entre nosotros muchos años y está en la base del Modelo BioPsicoSocial de relación con el paciente. A pesar de que esta forma de decisión ha demostrado ser más efectiva que el modelo unidireccional, muy pocos terapeutas hacen un uso real de las diversas estrategias que pueden emplearse (Elwyn, Edwards, & Kinnersley, 1999)
- La Medicina Mínimamente Disruptiva es un movimiento que defiende la necesidad de incrementar la horizontalidad de la relación paciente-clínico. De cara a minimizar el impacto del tratamiento en las actividades de la vida diaria y la participación de los pacientes, el razonamiento clínico colaborativo permite utilizar de primera mano las opciones y opiniones que el paciente desea (May, Montory & Mair, 2009)
Comenzar a enfocar la relación con nuestros pacientes bajo estos prismas es mucho más sencillo de lo que parece. Si eres estudiante o ejerces de médico, enfermero, fisioterapeuta, psicólogo, psicopedagogo, podólogo, terapeuta ocupacional, educador social, neuropsicólogo, neuropediatras, o trabajas con tecnologías sanitarias, comunicación y salud o cualquier otra especialidad en salud pública, pásate por el taller de Razonamiento Clínico Colaborativo que la Asociación Española de Comunicación Sanitaria organiza el 27 de junio dentro de sus cursos de la Escuela de Verano AECS 2016 que lleva por título «Resolviendo el problema del paciente y no el del clínico«.
A lo largo de 6 horas escucharás ejemplos de prácticas inclusivas que han demostrado ser efectivas, y aprenderás a utilizar recursos que puedes poner en marcha desde el primer día
Mediante dinámicas, casos clínicos y utilizando Visual Thinking descubrirás lo sencillo y gratificante que es razonar, codo a codo, con tus pacientes.
Descárgate el programa del taller. Y si te animas, puedes apuntarte en esta página.
Nos vemos por allí,
Pablo
Edwards, I., Jones, M., Higgs, J., Trede, F., & Jensen, G. (2004). What is collaborative reasoning?. Advances in Physiotherapy, 6(2), 70-83. Elwyn, G., Edwards, A., & Kinnersley, P. (1999). Shared decision-making in primary care: the neglected second half of the consultation. Br J Gen Pract, 49(443), 477-482. Garcia-Sanchez, P. C. (2013). Evaluación de actitudes, conocimientos, habilidades y comportamientos relacionados con las PBE de los fisioterapeutas españoles a través de un cuestionario “en acción”. Final Degree Dissertation, USAL May, C., Montori, V. M., & Mair, F. S. (2009). We need minimally disruptive medicine. BMJ, 339, b2803. Trede, F., & Higgs, J. (2003). Re‐framing the clinician's role in collaborative clinical decision making: re‐thinking practice knowledge and the notion of clinician–patient relationships. Learning in Health and Social Care, 2(2), 66-73.
Pruebamiento


