Qué gran oportunidad perdida

«Es vergonzoso, lector, que a pesar del tiempo que lleváis peyéndoos no sepáis todavía cómo lo hacéis y cómo deberíais hacerlo. Es cosa habitual imaginar que los pedos solo difieren del pequeño al grande y que, en el fondo, todos son de la misma especie: craso error»

Pierre-Thomas-Nicholas Hurtaut, “El arte de tirarse pedos”, 1751

Qué gran oportunidad perdida. No sé cuándo volveremos a tener a tres expertos de la talla de Mark Jones, Euson Yeong y Roger Kerry, juntos, sentados a la misma mesa durante dos horas, para preguntarles sobre Razonamiento Clínico. Me sentí muy triste por ver cómo, durante 150 minutos, se les hizo apenas tres preguntas relacionadas con el tema del congreso. Por ver cómo se les utilizaba para hablar de otros temas. Por ver cómo se llegaba a despreciar su experiencia, su expertía y su trabajo, intentando poner en su boca las palabras que a otros interesaban, o preguntándoles cuánto dinero ganaban. Y me siento triste ahora por la doble responsabilidad que a mí me toca: por pedirles personalmente que aceptaran la invitación del ICFCM y vinieran a Madrid; y mi cuota de responsabilidad compartida al no haberme atrevido a intervenir durante el panel, para pedir que cesara lo que estábamos oyendo, y volviéramos al tema del debate.

Todavía hay gente que dice que nos representa a todos los fisioterapeutas cada vez que habla. Por mí que NO lo hagan; ni por mí ni por tantos otros miles fisioterapeutas de Madrid y de fuera de Madrid. Que cada uno tenga el valor de hablar por sí mismo. Eso sí, lo que hace un fisioterapeuta (diciendo que es en nuestro nombre o no) nos puede ayudar o perjudicar a todos los demás que vivimos aquí. Imagino que en ese momento tampoco nadie pensaba en la proyección internacional de una comunidad como la nuestra. Cuando volvía para casa, recordé cuando las abuelas y las madres nos decían de pequeños: que cuándo uno iba de visita, había que salir de casa con las necesidades hechas, y con los calzoncillos limpios. El libro del que sale la cita de arriba relataba ya hace muchos años los usos interesados, debidos e indebidos de algo tan cotidiano. Pero se resume rápidamente en una frase: cuándo alguien se tira uno, hay que saber el contexto donde lo está haciendo.

Qué gran oportunidad perdida. Han sido unas cuántas las personas, entre las que asistieron al panel aquél día, que me han dicho que se quedaron al mismo porque creían que se iba a hablar de razonamiento. Me pregunto ahora:

  • A cuántos les interesaba que Mark les diera algunos unos consejos para animarse a realizar su primera valoración de factores psicosociales con sus pacientes el lunes
  • A cuántos les apetecía que Euson les ayudara a minimizar los factores contextuales de su hospital para tomar decisiones con su próximo paciente
  • A cuántos les venía bien oír cómo Roger enfoca las decisiones con sus pacientes, cuando la evidencia publicada de la técnica que quiere aplicar no es positiva

Nos quedamos sin ello. Perdimos todos. O al menos, todos a los que nos gusta aprender y escuchar sobre eso que llamamos Razonamiento Clínico

Es muy difícil enseñar algo, lo cuento por experiencia. Pero es mucho más fácil aprender de cualquier cosa, incluso de todo esto. Todavía vendrá algún epistemólogo del razonamiento y dirá que esto que pasó no fue un error de razonamiento clínico…, ¡pero joder qué error!