Práctica, Terapia y Negocio
La capacidad que tiene el dinero de influir en la forma en la que proveemos y recibimos servicios de salud, está tan imbricada en nuestra forma de pensar que pasa desapercibida.
Dos ejemplos:
- Después de practicar una técnica de Fisioterapia con un grupo de alumnos de grado, estuvimos hablando sobre las posibilidades terapéuticas que ofrecía la misma para distintos perfiles de pacientes. Encontramos un grupo de pacientes, específicamente aquellos que sufren las consecuencias de la fibromialgia, en el que concluimos que se podría beneficiar de esta técnica, pensando en los efectos neurofisiológicos que la produce la misma.
Uno de los alumnos mostró su completo desacuerdo ya que, al tener que dedicarle aproximadamente 150 minutos a cada paciente, el tratamiento “no iba a ser rentable ya que nadie iba a querer pagarlo”. Muchos de los alumnos asintieron más o menos de acuerdo con este argumento.
- Recientemente, durante un seminario de Terapia Manual con alumnos de máster, surgió el siguiente dilema: tras comprobar in situ los beneficios de la Movilización Con Movimiento, una alumna confesaba que se sentiría mal aplicando esa técnica a los pacientes y que probablemente no la iba a utilizar. Ante mi perplejidad le pedí que elaborara un poco más su argumento y su respuesta fue que ella no puede pedirle (50 euros) a un paciente simplemente por hacerle «eso».
Me sorprendo, pero creo que no debería sorprenderme tanto. Los modelos de práctica que ofrecemos a los nuevos fisioterapeutas, y a otros que no son tan nuevos, están ineludiblemente marcados por la necesidad de que sean rentables, y de ganar suficiente dinero; unos para hacerse ricos y otros para ir tirando.
Pedirle a alguien que haga el ejercicio de poner por delante de su modelo de práctica al paciente, los valores éticos y morales (de ambos) y el impacto que tiene su trabajo en la sociedad, parece mucho pedir.
Parece muy ingenuo. Pero quizá, hay que hacerlo. El que se atreva, que empiece a pensar un poco fuera de la caja (hucha, con perdón), y buscar otra manera de tratar. Atrevámonos a cambiar la forma de relacionarnos con el paciente y la sociedad.
Cambiemos, en definitiva, los MODELOS por las SOLUCIONES.
(Gracias a @luistorija por el intercambio de impresiones)
Reblogueó esto en PCGarciaSanchez.